Violet, Klaus y Sunny Baudelaire, tres niños huérfanos, son adoptados por unos extraños parientes y por otras personas, entre ellas Lemony Snicket, que es el narrador de la historia. También se hace cargo de los Baudelaire el astuto y ambicioso Conde Olaf cuyo objetivo es arrebatarles la herencia. Violet, la mayor, tiene catorce años y es la más valiente de los tres. Klaus, de doce años, es muy inteligente y vive obsesionado con el mundo de las palabras. Sunny, la pequeña, habla un lenguaje que solo sus hermanos pueden entender.
DIRECTOR: Lemony Snicket's
PAÍS: Estados Unidos
DURACIÓN: 103 minutos
REPARTO: Jim Carrey, Liam Aiken, Emily Browning, Kara Hoffman, Shelby Hoffman, Timothy Spall, Catherine O'Hara, Billy Connolly, Meryl Streep, Luis Guzmán, Jamie Harris, Jennifer Coolidge, Craig Ferguson, Jane Adams, Cedric the Entertainer, Bob Clendenin, Dustin Hoffman, Jane Lynch
OPINIÓN PERSONAL
Y al fin llegó. La reseña de mi película favorita.
La primera vez que vi esta peli fue en la televisión, una de esas tardes que no sabes que hacer y te pones a ver la tele. Y me encantó. El problema es que no tenia ni idea de como se llamaba. Hasta que acabo de unos años más la volví a ver y ahí conseguí saber como se llamaba: "Una serie de catastróficas desdichas".
Cada uno tiene una característica que se les considera como su habilidad:
Violet es una de las mejores inventoras de su edad y, todos los que la conocen saben que cuando se recoge el pelo, es que ha tenido una idea.
Klaus es un lector fascinante que ha leído miles de libros de la gran biblioteca de su mansión, y tiene cantidad de conocimientos sobre montones de cosas gracias a eso.
Y Sunny básicamente, lo muerde todo.
Como ahora no tienen tutores, el consejero financiero de sus padres (el Sr. Poe), les busca un nuevo tutor, y van a parar a la casa de un pariente que ni conocían (conde Olaf), el cual es el hombre más malvado y con malas intenciones que haya existido.
Aunque ellos no lo descubren hasta que se dan cuenta que lo único que quiere es conseguir la fortuna que dejaron sus padres al morir.
Consiguen deshacerse de él por un tiempo y irse con otros parientes, como el tio Monty o la tía Josephine, pero el conde no está dispuesto a dejarlos ir tan fácilmente y quedarse sin su dinero.
Así que los niños, sin la ayuda de nadie más, ya que todos les toman por críos que no saben lo que dicen, consiguen salir adelante protegiéndose y cuidándose unos a otros.
Esta película hasta que no la ves, parece una gran tonteria (y más si ves los gifs de Jim haciendo de conde Olaf), pero la verdad es que es una película muy profunda y, personalmente, casi perfecta.
